Desde niña viví un mundo de telas, de hecho, mis padres se conocieron entre telas.
Cuenta la historia que un día, una de las hermanas de mi adorada abuela Carmen - la tía Pety o la tía Pilar… no recuerdo bien cual, las dos eran muy majas -Le dijo a mi madre (en ese entonces una joven de algo de no más de 20 años): "Querida, hay un joven llamado Oscar que necesita a alguien que le confeccione unas prendas". Norma, mi madre, feliz le respondió: "Con mucho gusto trabajaría para él".
Oscar acababa de comenzar en el mundo de la confección y Norma estaba dando sus primeros pasos después de haber estudiado Corte y confección.
La abuela Carmen siempre tuvo en su casa su máquina de coser SINGER, donde mamá, mis hermanas y yo dimos nuestros primeros pasos de costuras: En el lavadero, con sus retazos y remiendos, agujas, pedazos de pantalones que el abuelo y los tíos rompían en el taller , los delantales de cocina para preparar deliciosas tartas, y ese olor a ella que hace tanto se fue, pero aún sigo teniendo en mi alma….. perdonen los recuerdos y los olores del alma, me llevaron por otros caminos...
Volviendo con Norma y Oscar…
Llego el día y Oscar le llevo sus primeras camisetas para confeccionar, y ahí comenzó lo que sería el comienzo de la historia o de la mitad, ya la verdad no sé de dónde vienen las telas, los hilos, las lanas y el amor por ellos.
Costura va y costura viene, Norma y Oscar comienzan una relación y en enero de 1967 se casan. Oscar sigue con sus cortes, tejidos y máquinas de tejer y Norma sigue cosiendo.
En octubre, para el día de la madre en Argentina, nazco yo.
Y seguimos, cuna sobre mesa de corte, juego entre recortes y vestir a las muñecas con las telas…
y la historia continuará….